Si cada vez son más los que se proponen gestionar de forma eficiente y sostenible el complejo ecosistema de toda una ciudad… ¿por qué no trasladar todo esto a nuestro propio entorno de trabajo?
¿Cómo aplicar éstos principios a tu propio negocio? Una Smart office no es sinónimo de un espacio absolutamente robotizado, sino que el concepto es mucho más sencillo: se trata de aplicar los principios de gestión eficiente y sostenible mediante tecnología para aumentar la eficiencia de todos los procesos, la seguridad del entorno y de los propios trabajadores y la óptima gestión energética en nuestro entorno de trabajo.
La implantación de sistemas de gestión inteligentes, en la nube y ligados a la posibilidad de acceder a ellos desde cualquier momento y lugar, lo que dotará al entorno de trabajo de mayor flexibilidad, rapidez y eficiencia, además de potenciar la comunicación tanto interna como externa y de los importantes ahorros tanto en recursos como en costes que supone.
En definitiva, la “oficina inteligente” es una realidad mucho más cercana de lo que crees y aplicable a cualquier empresa, con independencia de su tamaño o sector.